Las obras de movilidad condenan a la quiebra a empresas y comercios de la Carretera de Alcantarilla

Su cierre degradaría aún más la carretera y dejaría sin sustento a decenas de familias

Denuncian que la eliminación de zonas de carga y descarga y aparcamientos impedirá a proveedores y clientes llegar a sus establecimientos

Lamentan que el Ayuntamiento no tuviera en cuenta su existencia a la hora de diseñar el Plan y que no se les hayan dado soluciones o alternativas

Entre los afectados hay empresas con más de medio siglo de antigüedad y pequeños comercios familiares que dan servicio a los barrios.

Negocios como la panadería realizan una labor social al dar servicio de reparto a personas mayores y con problemas de movilidad en carriles de la huerta.

Trabajadores y propietarios de negocios de la Carretera de Alcantarilla denuncian que las obras de movilidad les dejan sólo dos opciones: el cierre o el traslado, ya que continuar en su ubicación actual les condenaría a la quiebra.

El cierre de estos negocios, degradaría aún más la carretera y los barrios y pedanías por los que pasa, al privarles de servicios tan básicos como la panadería.

Lamentan que el Ayuntamiento no haya tenido en cuenta la existencia de sus negocios a la hora de diseñar el plan ni haya ofrecido alguna alternativa o solución que les permita seguir dando servicio a sus vecinos.

Son decenas de familias las que dependen económicamente de estos negocios, y que ahora mismo se encuentran en una situación angustiosa al no saber qué será de ellos.

Y es que la eliminación de zonas de carga y descarga impide a los proveedores acceder a estos negocios, haciendo imposible desarrollar su trabajo con normalidad o teniendo que recurrir incluso a pagar tasas de 70€ para cortar la calle al haber inutilizado las obras su vado, algo que es insostenible en el tiempo.

Por si esto fuera poco, la supresión de aparcamientos hará también imposible a los clientes acceder a estos establecimientos, haciendo inviable su supervivencia.

Cabe destacar que entre las empresas afectadas se encuentra un establecimiento de saneamientos con 18 empleados y más de 50 años de existencia que quieren seguir dando servicio a sus clientes en el mismo lugar donde el padre de los actuales propietarios puso su empresa en los años 60.

En idéntica situación se encuentra la única panadería de Barriomar, un negocio familiar que realiza una labor social al repartir por los carriles de la Huerta a personas mayores o con problemas de movilidad que, de otra manera, no tendrían acceso a productos tan básicos, y que ven imposible su continuidad al eliminarse la carga y descarga de su puerta, impidiendo cargar su furgoneta o recibir harinas y demás ingredientes.

Trabajadores y empresarios señalan que no piden ayudas sino que les dejen trabajar para sacar adelante sus negocios y familias, y poder salir de la situación dramática en que les ha situado un plan que no ha tenido en cuenta su existencia y necesidades y piden al Ayuntamiento que les escuche.

Desgraciadamente no nos encontramos ante molestias puntuales durante las obras, sino que el proyecto contempla que esta sea la situación definitiva.

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